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Sobre los estúpidos
  • Sebastián Casas

  • 13 Noviembre, 2019

Recientemente se ha generado amplía discusión sobre el uso por parte de un empresario local de la palabra ‘estúpidos’ para referirse a ciertos miembros del actual congreso costarricense. Para muchos, esto es una falta de respeto a lo que un Diputado representa como empleado público máximo al servicio de la democracia.

Para otros, es una manifestación más del derecho a la expresión base de la democracia, siendo que además ya instancias judiciales han determinado que los funcionarios electos ‘tienen que aguantar’ más dado su posición.

Definiciones

Sin entrar a juzgar a los involucrados en este debate, lo cierto es que existen más estúpidos en nuestro día a día de lo que pensamos. Al menos eso escribió el economista Carlo Cipolla, en su jocoso artículo, ‘Las Leyes Fundamentales de la Estupidez Humana’. Y es que para Cipolla, la estupidez solo está limitada por la cantidad de seres humanos vivos en determinado espacio y tiempo, y no distingue raza, sexo, religión, género o demás.

Por ejemplo para Cipolla, existen estúpidos tanto entre los académicos como entre los ‘huéspedes’ de una cárcel o en una Asociación como la nuestra;  siendo alguien estúpido aquel que con sus acciones causa un daño a otra o a un grupo de personas, sin obtener un beneficio (o incluso generando para sí un perjuicio).

Cipolla además de en la categoría de ‘estúpidos’, divide a las personas en incautos, inteligentes y malvados, siendo alguien inteligente quien con sus acciones se genera un benéfico para sí y los demás, alguien incauto quien se perjudica pero beneficia a otro, y alguien malvado quien solo se beneficia generando perjuicio al resto de seres.

Ahora, una persona puede ser inteligente PERO ocasionalmente hacer actos estúpidos, aplicando esto para las demás categorías a excepción de los netamente estúpidos, que no pueden ir más allá de su estúpida esencia. Finalmente dice Cipolla que la razón por la que parece existir mucho estúpido en puesto de elección popular, es que dado a que los estúpidos también votan y buscan quien los represente.

En el caso de Costa Rica

Así utilizando las definiciones de Cipolla para analizar algunas propuestas públicas, NO puede quedar duda de que más de un estúpido participa en nuestra escena política desde hace ya su tiempo. Sin embargo quizás lo que más abunda son personas malvadas haciendo cosas cercanas a la estupidez.

¿Por qué? Solo eso puede explicar la insistencia de algunos actores de todo color y posición política, en promover políticas públicas buscando el beneficio personal, a costa del perjuicio de los demás. Políticas que no son sostenibles en el tiempo (por lo que les estallarán en la cara y les generarán también perjuicio).

No viene al caso decir nombres ni políticas (a mí me gusta presentar querellas- No defenderme de ellas); pero solo leer con calma la sección de nacionales del periódico de su elección le dará a usted que lee múltiples opciones para su análisis y juicio. ¡Espero nadie se dé por aludido, después de todo solo un estúpido lo haría!

El autor es Sebastián Casas